Punto de partida

La vida se compone de un sinfín de momentos, muchos de ellos inolvidables y otros totalmente prescindibles, aunque todos, finalmente, nos ayudan a ser lo que somos hoy. Es difícil aglutinar muchas de estas vivencias, la gran mayoría, finalmente, abocadas al olvido. Pero siempre hay oportunidades de mantenerlas en la memoria y, por qué no, compartirlas con otros, en un afán por rescatar aquello que nos ha hecho felices en un determinado momento o que ha contribuido a cambiar nuestra vida en otro. Desde la máxima humildad, faltaría más, este blog pretende ser un compendio de todo ello. Una mirada al pasado para afrontar el futuro, disfrutando, siempre, del presente.

domingo, 26 de abril de 2009

Lo verdaderamente importante

Esta semana he tenido la oportunidad de replantearme mi vida. Algunos acontecimientos, como la reciente muerte de David, me han ayudado a ello y me han hecho darme cuenta de lo innecesarias que son muchas de las preocupaciones que me agobian cada día. No merecen la pena ni la mitad de ellas.

Es lógico sentirse así a lo largo de nuestra existencia, máxime en momentos en los que, por determinadas circunstancias, ésta se vuelve más volátil. No viene mal hacer análisis de conciencia y, sobre todo, de objetivos de vez en cuando.

En mi caso, me ha ayudado a entender cómo a veces, las cosas, no salen como tu quieres y la capacidad de seguir adelante a pesar de ello. Aun cuando sea duro.

Y sobre todo, me ha llevado a darme cuenta de cómo, la mayoría de las veces, me agobio o enfado por cuestiones que, realmente, no son de gran importancia en mi vida, no la enriquecen y, sin embargo, a menudo la condicionan.

Al final, merece más la pena vivir, del modo que sea, pero disfrutando de ello. Así, al menos, no habrá que temer el día en el que, haciendo análisis de conciencia, descubramos que nuestra vida ha servido para aquello que no queríamos. Parece fácil pero, en el fondo, es tan difícil de cumplir...

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