
Empiezo este blog en una semana dura, en la que, por vez primera, se nos ha ido un amigo. A partir de ahora, es inevitable recordar el día 17 de abril de 2009 con un pesar en el pecho. Es la primera vez que se nos va alguien 'de los nuestros', la primera vez que la muerte nos golpea de una forma brutal y nos recuerda que somos meros peones en una partida sin definir. No es momento de hacer moralinas, aunque si algo nos ha enseñado este suceso a todos es que la vida es poco predecible y nunca sabes cuándo va a llegar tu momento. A veces es bueno vivir y saber dejar las tonterías a un lado porque, al fin y al cabo, la vida siempre merece la pena.
Nunca te olvidaremos, David, Descansa en Paz, amigo.
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